This article was written by José Manuel Pallí, my cousin, colleague and friend. José Manuel’s eloquence in Spanish, along with his distinctly pragmatic understanding of the choices faced by prospective immigrant investors, uniquely qualifies him to examine the EB-5 Regional Center visa at a deep level and, for the very first time, in Spanish. Thanks, Primus! [Parts 2 and 3 will be posted Weds. and Thurs. FYI, so stay tuned!]
LA TRASTIENDA DE LAS VISAS EB-5
Por José Manuel Pallí
Las circunstancias adversas por las que ha atravesado
durante los últimos tres años la economía (la del mundo todo, pero
especialmente la de USA) en general, y nuestro tan cacareado sistema
financiero, en particular, nos han llevado a muchos a cambiar nuestros
paradigmas, cuando no nuestros modelos negociales y hasta nuestros estilos de
vida.
Llevo más de treinta años residiendo en USA y casi
veinticinco ejerciendo como abogado en la Florida (despues de ser abogado en la
Argentina), y, a pesar de haber tenido numerosísimas oportunidades (y pedidos
expresos), jamás le he recomendado a nadie qué hacer con su dinero, donde
colocarlo, en qué invertirlo.
Entre los muchos paradigmas que se han venido abajo
estrepitosamente en los últimos tres o cuatro años, se incluye el que me
invitaba a reflexionar y a ser extremadamente reticente a la hora de jugar al
asesor financiero: “zapatero a tus zapatos”… “Yo, abogado…”, me decía (y me
digo) siempre a mi mismo cada vez que caía en esa tentación… “Yo de eso no sé
nada…”, o bien, “ Eso es para los que saben…”[1]
Pero el paradigma se viene abajo justamente cuando queda
plena y fehacientemente demostrado que, a la hora de dar asesoramiento
financiero, nadie parece saber nada…
La debacle del mundo financiero ha dejado al descubierto
un sinnúmero de errores (u horrores) de “criterio” –si, lo sé, a esta altura de
los acontecimientos suena como un oximoron lo de “bancos de inversión”con
criterio- que van desde la pretensión de que una cantidad de jovencitos –no
importa qué tán brillantes- recién salidos de la Universidad (muchos de ellos
sin haber estudiado finanzas, sino cualquier otra carrera) estén en condiciones
de decirle a nadie qué hacer con sus ahorros, hasta la promoción y venta de
nuevos productos e instrumentos financieros que nadie –ni siquiera sus
diseñadores, ni mucho menos las llamadas empresas “calificadoras”- entiende
como funcionan ni que riesgos conllevan.
Pero el paradigma sigue siendo válido en tanto sigue siendo
válida la admonición de mi padre cuando una vez, hace muchos años, le pregunté
que le parecía si les preguntaba a algunos amigos y socios suyos si querían
invertir conmigo en un proyecto inmobiliario aquí en Miami: “ni de vaina!!!”,
fué su respuesta inmediata. Y ese
prurito subsiste, de modo que no se asusten: sigo sin hacer recomendaciones de
naturaleza financiera, y, lo que es tanto o más importante, sin aceptar las de
terceros.
Por qué todo éste larguísimo preámbulo? Sólo pretendía
preparar el terreno para lo que viene: mi re-encarnación como administrativista
(abogado especializado en el análisis y en la obtención de ciertos actos
administrativos por parte del estado) después de haber sido, por más de
veinticinco años, un abogado especializado en derechos reales (lo que no quiere
decir realista) o “property law”, y en las seguridades que uno debe procurar
cuando se invierte en bienes de esa naturaleza, especialmente los inmuebles. [2]
Y es que hace cuestión de una semana, se me acercaron un
par de clientes latinoamericanos para consultarme sobre un tema que tiene que
ver con inversiones, pero, y sobre todo, con la vocación por migrar hacia éste
gran país que es USA.
Por muchos años, y casi automáticamente, todo lo que
llega a mí y que tiene alguna relación con el llamado “Immigration Law” o
Derecho Migratorio va a parar al escritorio de mi primo José Latour. Y en éste
caso, la naturaleza de la consulta –y la confusion reinante en la mente y el
espíritu de uno de esos clientes, a raíz de una consulta anterior con otro
colega- presagiaba una suerte de callejón sin salida, pues por anteriores
convesaciones con “el primo genio” [3], sabía
que el visado de inevrsionista (EB-5) para inmigrar a USA canalizando la
inversión a través de los llamados Centros Regionales (Regional Centers) no era
bién visto por él.
Grande fué mi sorpresa cuando encontré a mi tocayo mucho
más tolerante y hasta entusiasta con respecto a éste tipo de visados que hace
cerca de 18 años, cuando se instituyó el Programa Piloto de Centros Regionales.
Recordaba que tanto el como otros buenos abogados de inmigración dudaban, por
entonces, de la eficacia de éste mecanismo. Dudas que yo mismo le había
transmitido a varios de mis clientes.
[1] O los que hablan y escriben como si
supieran. En la Argentina hay un viejo dicho que reza “el ‘sover’ no ocupa
lugar”, que juega con la versión original (el saber no ocupa lugar) para
resaltar la importancia (y peligrosidad) del “sover” –o verso, lo contrario a la prosa , pero que en éste caso refleja, más
que lirismo, un amañado estilo de expresarse que mezcla medias verdades con
interpretaciones absurdas y estupideces lisas y llanas. El objetivo es crear la
sensación que uno sabe tanto que el otro no entiende lo que uno dice, al tiempo que se intimida a
ese otro de manera tal que éste opta por proteger su ignorancia con el silencio
y la aprobación tácita. En la Argentina,
éste estilo también se conoce como “sanata”, o
“biri, biri”. Es, precisamente,
el estilo que utilizan, por ejemplo, las empresas calificadoras para redactar
sus “investor reports”…
[2]
Aquí en la Florida llamamos “dirt lawyers” a los abogados que se dedican
a los derechos reales, sin que nadie se ofenda
[3] Así lo llamamos, cariñosa y más que
justificadamente, en familia.
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